En este apartado, podréis conocer un poco más acerca de mis aficiones. De pequeño me encantaba el fútbol, ese deporte que arrastra a las masas en nuestro país y yo soñaba, como la inmensa mayoría de niños en meter ese gol en la final del mundial y poder celebrarlo con todo el equipo. Empecé a practicar de bien pequeño, pero a la edad de cadetes, sin saber bien cómo, un sábado por la mañana estaba detrás de un silbato ayudando a dirigir el juego de unos renacuajos de apenas 6 y 7 años. Ahí, empezó mi verdadera afición por el fútbol, la de árbitro de fútbol. Con apenas 13 años, cada sábado me dirigía a las 8:30 con una ilusión inmensa a uno de los cinco campos en los que se disputaban los juegos escolares de mi ciudad natal, Terrassa y me estaba toda la mañana del sábado dirigiendo partidos de Pre-Benjamines, Benjamines, Alevines e incluso de infantiles. Había una compensación económica por hacer tan difícil tarea y por, sobretodo, encajar los improperios de algunos padres, pero sobretodo, me enorgullecía el hecho de poder ayudar a que los niños practicaran el deporte que me más me apasionaba a mi. Con los años, pensé en por qué no atreverme con jugadores de mayor edad y en un campo de futbol más grande, de los de verdad. El futbol 7 y el campo pequeño ya lo dominaba por completo y necesitaba un nuevo reto. Para ello, tuve que dar el paso de hacerme colegiado federado. Esto significa que tienes que estudiar el Reglamento de fútbol, pasar un examen técnico y dos partidos reales de examen, donde un observador del Colegio de Árbitros evalúa si estás preparado o no. Con 16 años conseguí el ascenso a 2ªRegional, era el árbitro de mi delegación más joven en conseguir la categoría. Este ascenso me permitía ir de árbitro asistente a categorías superiores y de esta forma, adquiríamos formación de árbitros de mayor nivel, favoreciendo la formación continua de los árbitros noveles a través de árbitros veteranos. Ser árbitro con categoría, me permitió viajar a Bilbao y debutar en Bermeo en un partido de 2ª División “B” con mi gran compañero y mentor Guillermo Valiente Andaluz, luego vinieron otros desplazamientos y partidos de mayor competitividad, cómo una fase de ascenso a 2ª División “A” en el campo del Castellón con mi compañero de Sabadell, Gallardo Martínez.

Cómo árbitro de futbol fui ascendiendo categoría a categoría, año tras año hasta llegar a la categoría máxima de 3ªDivisión, fueron más de 1.000 partidos en apenas 13 años, muchas amistades y muchas más anécdotas hasta que por motivos personales decidí retirarme con la satisfacción de haber hecho muy buenos amigos, colaborado en desarrollar nuevos talentos en la delegación de Terrassa en mi etapa de profesor, arbitrar grandes partidos y sobretodo disfrutar de una de mis pasiones, el fútbol.